Arthur Conan Doyle (Conan es su segundo nombre y sólo Doyle es su apellido, pero normalmente se usa Conan Doyle como apellido compuesto) nacio en Escocia en 1859 y murió en Inglaterra en 1930, habiéndose graduado como médico y también practicado el rugby profesionalmente durante algunos años para después fracasar estrepitosamente como oftalmólogo. Su inmensa y muy duradera fama como escritor se debe principalmente a la creación de un personaje, el detective aficionado Sherlock Holmes, quien a través de su enorme inteligencia, capacidad de deducción, enciclopédicos conocimientos y fuerte y valiente imaginación, logra resolver los más complicados casos policiales sólo contando con la ayuda de su fiel amigo, el doctor Watson.
Las múltiples capacidades deductivas y científicas de este personaje han sufrido reencarnaciones en otros personajes más recientes, como el conocidísimo McGiver de la televisión, para mencionar solamente uno.
La realidad del personaje tal es la vitalidad de este personaje que, con el tiempo, ha llegado a considerárselo casi como si fuera un ser vivo, existiendo instituciones que se dedican a inmortalizarlo, o sea inmortaliza al detective ficticio.
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